Volvamos a Nuestros Orígenes

Cuando siento amor por un libro lo siento… y este amor no es transmutable, se mantiene constante en el tiempo… y podrán pasar muchos años pero mis amados seguirán siendo los mismos. Y cómo no llegar a amar a un libro que nos dijo las palabras correctas, que llegó en el momento cuando más necesitábamos mundos paralelos al nuestro, cuando nos hizo crecer más que mil experiencias, cuando nos enamoró, nos rompió el corazón, nos petrificó del terror, nos dio identidades imaginarias para vivir mil aventuras, cuando se quedó tan dentro de nosotros que forma parte íntegra y viviente de quienes somos.

Y es interesante porque aunque hayan sido nuestros favoritos, la realidad es que no los releemos con la frecuencia con la que se debería tratar a un objeto amado.

Siendo una niña, nunca fui la chica deportiva ni saludablemente bulliciosa de la familia. Desde el inicio lo mío fueron las letras, las historias, la ciencia y los libros. Teniendo una abuela maestra y acumuladora de libros, crecí literalmente en el paraíso literario. Tenía tantos libros al alcance de mi mano; enciclopedias científicas, de historia, de fantasía, de misterio, de ficción. Mis tardes se debatían entre mis series favoritas y las horas que se hacían pocas en mi rincón favorito de lectura en casa de mi abuela.

Cuando los años fueron pasando, la densidad de mi lectura también creció conmigo, mi abuela me permitía leer cosas de grandes, con grandes terrores, historias prohibidas y algunas socialmente o moralmente cuestionables cuando fui lo suficientemente grande. Todas ellas formadoras de mente y carácter. Expandiendo horizontes, ilimitado el pensamiento y enriqueciendo el suelo fértil de una mente joven.

Y en mis primeros años universitarios… que condena no tener tantas horas entre clases… las grandes bibliotecas que me ofrecía la universidad, llenas de libros de países y autores desconocidos. Los pasillos silenciosos y secretos que guardaban lugares perfectos para lecturas furtivas.

Y la tragedia pasa… la vida se nos llena de responsabilidades y de tiempos utilizados en cosas necesarias y vitales. Y se pierde grandemente esos momentos llenos de horas y de lecturas despreocupadas. Y nos llenamos de libros con promesas de ser leídos pronto y se quedan allí por mucho más tiempo del que planeamos.

Pero compartiré mi secreto con ustedes… en los tiempos de sequía literaria, cuando es más atractivo pasarme las noches y madrugadas viendo series en Netflix que sumergirme en un libro, a pesar de amar la lectura; leo uno de mis amados… y renace en mí la pasión y el furor literario. Y quedo con hambre de más, y empiezo a devorar libros de nuevo.

Volvamos a leer nuestros amados, construyamos nuestro rincón favorito en casa donde nos perdamos entre mundos. Reclutemos mentes jóvenes en la lectura. Hagamos que el tiempo alcance, dediquemos momentos para nuestro crecimiento propio, tiempo para nosotros mismos, mudémonos a vidas que no son nuestras por un tiempo al día y volvamos a recargar la felicidad del alma que solo puede dar un libro  bien leído.

Recuerden seguirnos en nuestras redes sociales:

Página de Facebook: C506

Grupo de Facebook: C506-Comunidad Geek

Twitter: C506 Latinoamérica

Instagram: C506 Latinoamérica

También puedes seguirnos en nuestro Canal de YouTube.

Uno de mis libros favoritos es El nombre del Viento. Les invito a que vean más información en el siguiente enlace:

https://www.collectible506.com/la-joya-escondida/