Hola, espero estés muy bien. Acomódate en tu sillón favorito con una taza de tu bebida favorita mientras pasamos el rato platicando de una historia que para mí siempre ha sido una de mis favoritas. Estoy hablando ni mas ni menos que de los Jóvenes Titanes y su historia seminal llamada “El Contrato de Judas”.
Hoy en día, la mayoría de las personas reconoce que la re configuración de los X-Men por Chris Claremont en los años 80 y principios de los 90 es uno de los mejores logros de la era de los cómics. Y con razón.
Como resultado, el trabajo en la distinguida competencia de alguna manera se diluye, pero hay ciertas historias que son igualmente grandiosas. Mientras que Claremont y varios artistas moldearon a los X-Men, Los New Mutants y otros; Marv Wolfman y George Pérez hicieron un trabajo sobresaliente en The New Teen Titans.
The Teen Titans era un título legado que esencialmente se había formado de los compañeros juveniles de los personajes principales de la Liga de la Justicia. En la década de 1980, a Wolfman y Pérez, se les encomendó la tarea de crear un equivalente de los exitosos títulos de X-men.
Así que, con algo de trabajo, juguetearon con la alineación, introduciendo algunos personajes nuevos, al tiempo que también sacaban lustre a algunos de los personajes establecidos. En 1984, mientras se preparaban para crear lo que se votó como la historia del año, Pérez y Wolfman tenían una alineación de:
- Dick Grayson
- Starfire (Nova como se le conocía en México).
- Cyborg
- Challenging (Mutante)
- Wonder Girl
- Raven (Corvina)
- Kid Flash (Flashito)
Terra, la nueva recluta, que desempeña el papel central de “El Contrato de Judas”.
En Tales of the Teen Titans # 42, vemos a los Titans mientras están siendo observados, a través de los ojos de su nuevo recluta, Terra, una media hermana del héroe Geoforce (The Outsiders), quien es muy poderosa y capaz de manipular la tierra.
En el transcurso del número, vemos cómo los Titanes la dejan entrar en su mundo, mostrándole sus hogares, sus hábitos e identidades, como una señal de que realmente la dan la bienvenida. Esa bienvenida culmina con ella y el Mutante compartiendo su primer beso.
A través del arte estelar de Pérez, también tenemos la sensación de que estas cosas se están grabando a través de sus ojos y, al final, descubrimos que Terra está asociada con Deathstroke the Terminator, quien adquirió un contrato para matar a los titanes heredado de su hijo que era conocido con el nombre The Ravager, y el cual seguía sin completarse.
En Tales of Teen Titans # 43, vemos los resultados finales de la misión de espionaje que Terra había realizado anteriormente. Dick se enfrenta solo a Deathstroke, ya que Slade y Terra, sabiendo sus debilidades, habían sacado de la jugada a los demás titanes, uno a uno.
En este número, se nos revela la existencia de la ex esposa de Terminator y su silencioso hijo Joseph que desea asociarse con Grayson para detener a Slade Wilson y Terra. El impacto de la introducción de estos dos personajes se ira sintiendo en el resto de la historia.
En Tales of the Teen Titans # 44, se centra en el origen de Deathstroke, el Terminator. Esta historia es una de las cosas que ayudaron a hacer de Deathstroke uno de los primeros antihéroes reales del universo de DC; y este origen, combinado con el increíble diseño del personaje de Pérez; lo volvieron uno de los personajes más icónicos del universo DC.
Al final de esta edición, vemos a Grayson listo para regresar con un nuevo alter-ego y vemos por primera vez a Nightwing; y el hijo de Terminator, Joseph toma la identidad de Jericó, cuyo poder le permite cerrar los ojos y luego tomar el control. del cuerpo de otra persona.
El final de la historia aparece en el Anual # 3 de Tales of the Teen Titans y las sorpresas llegan hasta el final de la historia. Nightwing y Jericho atacan la base de HIVE donde están cautivos el resto de los Titanes y Jericho usa su poder para apoderarse de su padre, por lo que a Terra le parece que Deathstroke la ha traicionado y eso le provoca una tremenda ira. No quiero salir con spoilers, pero diré que las ramificaciones del final se prolongan durante un año de tiempo real o más en el título.
Así que esta historia siempre ha sido bien valorada por una variedad de razones. Uno, es una historia que logra la transición de los titanes adolescentes a la edad adulta. Cuando vemos a Dick Grayson dejar atrás el apodo de Robin, es un recordatorio de que estos personajes se están convirtiendo en adultos y se enfrentan a circunstancias muy maduras.
Segundo, se desarrolla a Slade Wilson, también conocido como Deathstroke the Terminator, en una figura más tridimensional. La mitad de la historia es su historia de origen y lo sitúa no como un villano, sino como un héroe veterano de guerra con un poderoso código de honor, a pesar de las consecuencias que sufren él y su familia.
En tercer lugar, los héroes siendo traicionados por uno de los suyos fue un giro inesperado en esos tiempos. Dicho esto, hay al menos una parte importante de la historia que no se sentiría (y no debería sentirse) bien con los lectores modernos. En la historia, Slade Wilson y Terra están en una relación sexual y no solo en una sociedad de negocios para acabar con los Titanes.
En general, vale la pena leer el Contrato de Judas. Sí, la relación entre Terra y Wilson es mala y difícil de ver, incluso si se minimiza. Pero el crecimiento y la maduración de los héroes, además del profundo dolor tanto por el final de la historia, así como en el sentido de traición que todos experimentan, resuenan fuertemente con nosotros los lectores. Desde que se publicó esta historia, ha tenido una secuela, “The Lazarus Contract” así como una película animada, lo que tiene mucho sentido, ya que fue una de las mejores historias que surgieron de la década de 1980 para DC.
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