No hay mal que dure 100 años… O 100 números. Aquella promesa de llevar a Batman a sus raíces en ciudad gótica se quedaron en eso, promesas. La estrepitosa carrera de crear un número quincenalmente puede pasar factura, si tomamos en cuenta la maratónica secuencia de hacer un cómic. Desde el mismo guión y los pequeños bocetos del dibujo, hasta el diseño de impresión y que pase por las oficinas de imprenta.

Nada es sencillo en el mundo. Tom King lo sabía, al aceptar llevar las riendas del “nuevo” Batman en la era Rebirth. Su recorrido en el mundo del cómic había hecho eco en las oficinas de DC, más que nada por su trabajo en la casa de “en frente”. Su visión de Vision lo llevo a ganar el premio Eisner a mejor serie limitada, nada mal para un ex agente de la CIA. Al igual que sus historias cortas en Batman lo hacían ganar popularidad entre el publico comiquero, además de sus trabajos, que a continuación comentaré.

Tom King firmaría un contrato exclusivo con DC Comics para trabajar con ellos, sin dejar de lado su serie limitada de Vision. Gracias a esto, pudimos empezar a notar los destellos de calidad de King al frente de series que eran nuevas o relativamente nuevas. Tenemos el caso de Grayson, que pasó a un nuevo status quo post Forever Evil, dónde dejo de ser Nightwing a convertirse en un agente en cubierto. Tom fue uno de los encargados de llevar esta serie, y vaya que fue con creces. Su experiencia como ex CIA le ayudaba a escribir el guión de manera natural y a apoyar a su co-escritor, Tim Seeley. De cierta manera, podíamos observar plasmado en dibujos, casos que el pudo llevar en la vida real.

Aquí podemos denostar una tendencia hacia las series limitadas. Trabajos no más de 20 números se podían percibir naturales, frescos y llevados por una vertiente no a la presunción, si no al entretenimiento. Sus trabajos recientes, tanto en Marvel y DC, comenzaban a dar frutos en su casa editora. King empezaba así una carrera a la alza, comenzando con una serie para Vertigo llamada Sheriff Of Babylon, con un número #1 con grandes ventas y con excelentes críticas, tanto para el público en general, como a la audiencia especializada. Fue el encargado de llevar el crossover Robin War, que entrelazaba los distintos títulos que habían surgido antes y durante el boom del DC You. También fue el que escribió el relanzamiento de los Omega Men (algo así como los guardianes de la galaxia pero mucho, mucho más oscuros), que si bien, fue cancelado en el número 7, gracias a la misma presión de los fans que acumulaba título tras título, DC dio marcha atrás y dejó que terminara su serie hasta el #12. Gracias a esta serie, pudimos observar que King empezaba a manifestar cierto gusto por la narración a 9 paneles, similar y que popularizó Alan Moore con Dave Gibbons en la aclamada serie Watchmen.

Tom King así se hacía paso en un mundo donde debes de ser muy hábil con la pluma para poder sobresalir… Y así fue. Todo lo que había conseguido hasta este punto, entre series propias, su primer premio Eisner en su carrera, un alza estrepitosa en ventas en los títulos que estuviera, hicieron eco en las oficinas de los de pantalón largo en DC. Gracias a ello, fue que tomaron la decisión de que el seria el responsable de tomar el manto que dejaría Scott Snyder post New 52. Así es, la tan famosa era Rebirth.

King no era un desconocido para la mitología del murciélago. Así como se comentó antes, el fue el encargado de llevar el crossover de Robin War, además de que participó en Grayson. Confiaron en que su experiencia en ser agente secreto serviría para llevar las riendas del título más importante actualmente en los cómics. Porque, seamos sinceros, ¿quién no quisiera estar en el título principal de Batman? Cualquier artista del medio es su sueño, su deseo de poder estar en la serie del encapuchado. No es un comentario, es un hecho.

Así pues, iniciaba la era de King al frente de Batman. Sabía que tenía un monstruo a su alcance, un reto difícil de superar, después de todo lo que hizo Snyder en el título todos los años anteriores.  Lo sabía muy bien, por eso se reunió con lo mejor de lo mejor de la casa editora, iniciando con el arco I Am Gotham, contando en los trazos con el famoso artista David Finch, un viejo lobo de mar en el mundo del murciélago. Introduciría sus primeras aportaciones al mundo del murcielago, los hermanos Gotham Boy y Gotham Girl. Este duo se dedico a ayudar a Batman en los primeros números, hasta que Gotham Boy se corrompe y muere para el número 6 de la serie. Consecuencia de esto, su hermana termina enloquecida, tratando de hablar con su hermano muerto y rapándose la cabeza,

Seguido a este primer arco, le siguieron otros dos con la temática “I Am…”: I Am Suicide y I Am Bane. El primero trata sobre como Batman crea su propio “Suicide Squad” para sacar de la prisión de Santa Prisca al malvado Psycho Pirate, y así ayudar a curar a Gotham Girl de su locura. El arco seguido, I Am Bane, trata de las consecuencias seguidas de haber ido a sacar a este villano, entregándonos un enfrentamiento entre Bane y Batman. Durante estos dos arcos, nos presentó a un Mikel Janin en su máximo esplendor, mostrándonos paneles hermosos, donde ponía minucioso detalle a los escenarios y los fondos del cómic. Y ni hablar de Finch, que muestra y revalida el por qué es uno de los favoritos de la fanaticada para dibujar a Batman.

Es aquí donde notamos que la escritura de King tomaba una vertiente diferente. Ya era un plan estructurado, mas complejo, y mas difícil de plasmar. Sus siguientes historias, como War Of Jokes And Riddles o The Rules Of Engagement, perdían punch entre sus lectores, y nada mas vino a intensificar su declive con el título al presentar el preámbulo a la fatídica “boda” de Batman con Catwoman, presentado en el numero 24, para posteriormente retomarlo hasta el numero 45 y “culminandolo” en el número 50.

Aún a pesar del evidente declive de la historia, DC le daba la confianza para comenzar en septiembre la serie limitada Heroes In Crisis, serie donde trata de los problemas psicológicos que los héroes tienen y que pueden ser apoyados a superar esos traumas en un lugar llamado El Santuario, donde los ayudan de manera anónima a superar los efectos de esta pelea interna. Interesante, ¿cierto? Una gran idea que llegó hasta lo mas alto de las oficinas de DC, pero que a la postre, fue una idea mal ejecutada.

Tom King nos mostraba desde el primer número que algo había salido mal en el lugar. Un rastro de héroes muertos marcaba una escena criminal, donde la trinidad tenía que hacer de las suyas para solucionar esto. Era un lugar seguro, ¿qué pudo haber salido mal? Aquí fue donde la serie toma una ramificación muy diferente a lo planteado. La narración visual dependía mucho de la interpretación del artista a las escenas de los testimonios de los superheroes. Aquí hago un paréntesis para sobresaltar de gran manera el arte de Clay Mann, que en el apartado visual nos sorprende gratamente al plasmar a los héroes en sus formas decadentes, al igual que sus narraciones ayudaban mucho a un guión cada vez mas flojo. Y que King continuó con su “sello” de narración a través de 9 paneles en algunas hojas.

Su meteórico ascenso de pronto se fue en picada. Su serie de Heores In Crisis pasó sin pena ni gloria. Le han quitado su serie de Batman (que pobremente pudo o supo aprovechar), relegándolo por ahora a una miniserie de 12 números, abarcando en ese periodo todo lo que no pudo o supo contar en mas números. Actualmente se encuentra escribiendo el script para la película de New Gods, que esperemos haya luz verde a la producción, donde Warner ha estado flaqueando mucho últimamente. Al igual que continua su escribiendo esas mini historias para el “sello” de DC-Walmart, en colaboración con Andy Kubert, en el título de Superman. Título que ha sorprendido gratamente. Aquí demuestra que, de nuevo, en mini series sabe lo que hace. Y lo hace muy bien.

Sabemos de la capacidad de King en historias cortas y nos ha dejado ver que en series largas, nomas no pudo. Esperemos que le vaya bien en todos los planes que le deparen a futuro. Y que cambiar de aires le puede sentar muy bien. Con esos rumores cocinándose sobre el intercambio de escritores en los 2 principales títulos de la casa editora (Superman y Batman), veo con buenos ojos su llegada a la serie del papá de los superheroes: su mini historia en Action Comics fue muy buena, y sabemos que King tiene un abanico impresionante de artistas que colaboran con el y que podrían aportar mucho al título del boy scout.

Y a ti, ¿te ha gustado el trabajo de Tom King al frente de Batman? Cuéntamelo, te leo.

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