C.S. Lewis: Esa Fuerza Maligna

“Esa fuerza maligna” es la tercera y última parte de la trilogía de Ramson escrita por C.S. Lewis.

En esta obra, C.S. Lewis expone las procupaciones que tenía acerca del futuro de la sociedad, y lo expresa muy claramente en su libro “La Abolición del Hombre”, donde habla sobre ciertos procesos que él piensa se están poniendo en marcha a través de la educación y que opina tendrán a futuro un impacto negativo en la sociedad, al conducirla en una direccion cada vez más materialista, la cual confunde pragmatismo con racionalidad y propaga una filosofía nihilista como si de una realidad empírica se tratase.

Se nos dice que el INEC, una organización “científica”, ha llegado a amasar un gran poder y tiene el propósito de construir una sociedad conforme a sus ideales, una sociedad “objetiva” libre de lo que ellos consideran limitaciones emocionalistas al progreso.

Resultando esto, sin embargo, en el sacrificio de libertades humanas escenciales , el inicio de un gobierno totalitario y la destrucción de la naturaleza.

Lo único que se opone a esto es un pequeño grupo liderado por Ramson, conformado por unas pocas personas que parecen encontrarse en total desventaja frente a la bestial fuerza de la organizacion INEC. Sin embargo, como veremos más adelante, cuentan con una estrategia que tiene el potencial de equilibrar las cosas.

El tono de esta obra es marcadamente distinto al  de “Más Allá del Planeta Silencioso” y “Perelandra”, pues en esta obra C.S. Lewis levanta la voz en una dura crítica social en la que, con el fin de hacer visible la tendencia de otro modo invisible, crea a la organización ficticia INEC como un rostro para un conjunto de fuerzas sin rostro. Esta organización es una alegoría, y como todas las alegorías es una manera de descorrer el velo de sutileza que envuelve cosas demasiado amplias para ser percibidas directamente, el INEC representa a los sistemas educativos, la propaganda, los periódicos, la radio, impulsando filosofías deshumanizantes bajo el nombre de ideas progresistas o cualquier otro nombre llamativo que les sirva para captar a las personas.

Mientras tanto, Ramson y su organización, demasiado pequeña para ser notada por el INEC, se prepara para actuar cobijados bajo el abrigo de su “insignificancia” y subestimados por el enemigo que no les considera como una amenaza, lo cual les da tiempo de planificar pacientemente su estrategia.

Los roles antagónicos de ambas organizaciones son brillantemente delineados por C.S. Lewis como metáforas de de las dos fuerzas opuesta en pugna, los dos tipos de sociedad posibles, los dos caminos posibles de la humanidad; una confiando en la imposición mediante el poder político y económico, la otra actuando mediante el conocimiento y la compasión; una utilizando la fuerza y el descrédito contra todo aquel que se opone a sus ideales, la otra respetando profundamente la libertad individual; una con gran poder visible, la otra con un poder invisible pero no menos real.

Se presenta pues una guerra por la mente de las personas, librada no con fusiles ni bombas, sino entre la verdad y la mentira, y dependiendo del resultado de esta guerra sería una sociedad violenta y totalitaria o una justa y saludable, una guerra invisible pero cuyos resultados son muy visibles.

Después de todo, la realidad que tenemos será siempre el resultado de las cosas que creemos, eso es verdad para el individuo y para las sociedades.

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